Creatividad, consciencia y empatía

Hace unos días descubrí una charla de Ethan Hawke, actor estadounidense a quien seguramente recordarán por sus roles en Dead Poets Society o Training dayen la que reflexiona sobre la creatividad y su valor.

Me pareció brillante.

Con una soltura tremenda, Hawke se despacha con un monólogo que parece improvisado pero que tiene una estructura y contenido absolutamente maravilloso.

Acá pueden verla completa. Dura poco menos de 10 minutos.

 

Quisiera repasar dos de las ideas que toca porque considero que tienen un valor enorme.

La primera tiene que ver con la importancia de la creatividad para generar consciencia (en el mismo sentido de la palabra awareness). Dice, ni bien empieza la charla, lo siguiente:

 ¿Es importante la creatividad humana? Pues bien… En general, nadie piensa en la poesía. La gente hace su vida y nadie anda pensando en los poemas de Allen Ginsberg, ni de ningún otro poeta, hasta que nuestro padre muere, vamos a un funeral, perdemos un hijo o tenemos una ruptura sentimental y perdemos un amor. De pronto, nos desesperamos por tratar de darle sentido a la vida, y pensamos: “¿Alguien más se habrá sentido así de mal?” y “¿Cómo hicieron para salir adelante?”.

O al revés: nos ocurrió algo maravilloso. Conocemos a alguien y nos explota el corazón. Sentimos un amor tan grande que no vemos con claridad. Nos sentimos mareados. “¿Alguien se ha sentido así alguna vez? ¿Qué me está pasando?”. Y allí es cuando el arte no es un lujo, sino un soporte vital. Lo necesitamos.

No hace falta haber vivido mucho para encontrar sentido en esa reflexión de Hawke. Es así: el arte, en cualquiera de sus expresiones, nos permite darle forma a vivencias y emociones que nos superan. Oscar Wilde, uno de mis escritores favoritos, dice algo similar en su ensayo La Decadencia de la Mentira

[…] la Vida imita al Arte mucho más que el Arte imita a la Vida. Lo cual proviene no sólo del instinto imitativo de la Vida sino del hecho de que el don consciente de la Vida es hallar su expresión, y el arte le ofrece ciertas formas de belleza para la realización de esa energía.

Expresar lo que sentimos y pensamos con precisión es fundamental, porque nos ayuda a entendernos mejor y porque nos permite transitar los momentos más complejos de nuestras vidas, tanto los buenos como los malos.

Tomemos como ejemplo este hermoso poema de Emily Dickinson, titulado BEQUEST (legado)

You left me, sweet, two legacies, —
A legacy of love
A Heavenly Father would content,
Had He the offer of;

You left me boundaries of pain
Capacious as the sea,
Between eternity and time,
Your consciousness and me.

Ese poema recoge en apenas unas pocas palabras toda la gama de emociones de una relación amorosa que crece y luego se rompe. De nuevo, algo cotidiano pero trascendental es expresado por Dickinson para todos nosotros.

La segunda idea en la charla de Hawke que me parece importante tiene que ver con la empatía. Dice Hawke, a propósito de cómo su realidad se ha expandido gracias a su profesión como artista, lo siguiente:

He encarnado a policías, delincuentes, sacerdotes, pecadores. Y en mis 30 años de vida transcurridos en esta profesión, la magia es que uno empieza a ver que las experiencias, las mías, las de Ethan, no son tan únicas como yo pensaba. De hecho, tengo mucho en común con estas personas. Es decir que ellas tienen mucho en común conmigo. Esto demuestra cuán conectados estamos entre nosotros.

Leer o consumir cualquier tipo de manifestación artística no solo nos ayuda a darle forma a lo vivido, sino que también nos permite entender que no somos únicos, que esto que sentimos y vivimos le ha pasado a otros. Vernos reflejados en las vivencias de otros es una forma de consuelo particular, que en mi opinión es sanadora. Nos da una perspectiva que es a la vez humilde y empoderadora, pues nos enseña que no somos tan distintos y que no estamos tan solos. En un mundo complejo y muchas veces avasallante, esa combinación de consciencia y empatía puede marcar una enorme diferencia.

Harold Bloom, en su último libro titulado Take Arms Against a Sea of Troubles: The Power of the Reader’s Mind Over a Universe of Death dice al final del prólogo, lo siguiente: (la traducción es mía)

Los grandes poemas, obras, novelas e historias nos enseñan como vivir, aún cuando estemos sumergidos bajo cientos de metros de problemas y estrés. Si vives 90 años, serás un superviviente golpeado. Tus propios errores, accidentes y fracasos intentando ser diferente te golpearán y tirarán para abajo. Por eso, levántate temprano en la mañana y lee algo que te importe tan pronto como puedas.

Como psicólogo y académico he estado siempre obsesionado con la creatividad como fenómeno. Cada nueva lectura y cada conversación que tengo con colegas, profesores y amigos me convence más del inmenso valor que tiene el arte en sus distintas formas. Creo, al igual que Hawke, que la creatividad nos conecta con nosotros mismos y con el resto del mundo de una forma potente y única, sea porque la consumimos o porque la generamos. Sin creatividad, sin esa perspectiva particular, seguramente acabaríamos aplastados por nuestros propios fantasmas o seríamos incapaces de comprender todo nuestro potencial.

Así que, cada vez que puedas, lee o escribe algo. Y digo leer y escribir en el sentido amplio para invitarte a consumir y producir lo que sea que más te llene: música, literatura, videos, lo que sea.

Pero hazlo.

Verás rápidamente cuánta razón tiene Ethan.

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