El poder político de los medios sociales

Los eventos políticos que han venido sacudiendo el norte de Africa y que en este momento encuentra su clímax en la situación que está atravesando Libia en su lucha por sacar a Muammar Gaddafi del poder, han generado un interesante debate sobre la relación entre democracia y el acceso a medios digitales.

Estos movimiento de protesta e insurgencia han tenido una característica peculiar: en todos las redes sociales han jugado un papel importante. Este papel, sin embargo, no es necesariamente el de detonador, como comúnmente y quizá “simplísticamente” se asume.

Clay Shirky, en su artículo para Foreign Affairs titulado “The Political Power of Social Media” hace una distinción que en principio parece sutil, pero que creo, es preciso resaltar. Dice el autor norteaméricano:

El acceso a la información es bastante menos importante, en términos políticos, que el acceso a la conversación.

Para Shirky, los cambios políticos como los que están dándose en el norte de Africa son consecuencia del fortalecimiento de una “esfera pública”, es decir, una sociedad que empieza a hacerse consciente de la situación que está viviendo (por extraño que parezca, hay sociedades que viven engañadas) y empieza a activarse políticamente, entre otras cosas, gracias a las conversaciones que se dan en medios digitales.

The safest characterization of recent quantitative attempts to answer the question, Do digital tools enhance democracy? […] is that these tools probably do not hurt in the short run and might help in the long run — and that they have the most dramatic effects in states where a public sphere already constrains the actions of the government.

Lo anterior se debe a que los medios digitales reducen los costos de coordinación de grupos sociales (por ej. movimientos de oposición) para organizarse y protestar, generando lo que el autor define como “shared awaraness”. Este último concepto es realmente interesante, pues con él el autor se refiere a la habilidad que cada miembro de un grupo tiene de no solamente entender la situación que vive, sino de saber que el resto de los miembros del grupo también la entiende.

De ahí que Shirky afirme, con mucha razón, que los gobiernos no le tienen miedo a la información, le tienen miedo a la gente organizada.

Es, como lo dije al principio, una diferencia sutil, pero realmente importante. Las herramientas digitales, lejos de detonar revoluciones, lo que hacen es alimentarlas. Antes deben darse ciertas condiciones políticas y sociales, que una vez presentes en el panorama social, cobrarán fuerza a través de esta “conciencia compartida” que estas herramientas ayudan a generar.

Quizá el ejemplo más impactante que cita el autor tiene que ver con el terrible terremoto que azotó a China en 2008 en la provincia de Sichuan. Luego del sismo, surgió en la provincia un movimiento de protestas en contra de la fuerte corrupción gubernamental, responsable entre otras cosas, del pobre control estatal en las construcciones. Ese movimiento de protestas, alimentado fundamentalmente por madres que habían perdido a sus hijos, se caracterizó por un importante flujo de documentos compartidos en redes sociales que demostraban la responsabilidad de funcionarios estatales en la baja calidad de edificaciones tan importantes como las escuelas. En un principio, el gobierno permitió que se comentara sobre el terremoto en redes sociales, pero rápidamente se dio cuenta del peligro que corría y cerró los canales de comunicación. Dice Shirky al respecto:

From the government’s perspective, the threat was not that citizens were aware of the corruption, which the state could do nothing about in the short run. Beijing was afraid of the possible effects if this awareness became shared: it would have to either enact reforms or respond in a way that would alarm more citizens. After all, the prevalence of camera phones has made it harder to carry out a widespread but undocumented crackdown.

Es evidente que la consciencia compartida parece ser un remedio efectivo contra el miedo y la parálisis. De ahí que se cele de manera tan importante el acceso a las conversaciones.

Lo cierto de todo lo anterior, es que la gente tiene cada vez más poder, gracias en parte a que puede comprender su realidad y ver que sus pares también la comprenden. Eso, sumando a una sociedad que empieza a activarse políticamente, parece ser un antídoto eficiente en contra de atropellos y abusos de poder.

BONUS TRACK

Si desean escucharlo a Shirky hablar del tema, pueden echarle un ojo a la entrevista que dio en el sitio del Wall Street Journal haciendo click aquí

0 Comments

  1. Matilde Villalbasays:

    Excelente artículo. Opino igual, creo que las redes sociales hace que personas que comparten una misma idea, un mismo fin o propósito logren conectarse y unirse para el logro de sus objetivos.
    MV

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