Clay A Johnson es activista político sui generis. Ha trabajado por años para el partido Demócrata de los EEUU, en donde se encargó del manejo digital de la campaña de Barack Obama, entre otras trabajos de menor envergadura pero de mucha importancia.
Bombardeado constantamente de información sobre el acontecer político de su país, y esforzado como estaba en desarrollar los mejores mensajes para estimular la votación para su partido, Clay llegó a una reveladora conclusión: estamos informándonos cada vez peor, producto de una serie de hábitos de consumo que tienen un paralelismo alarmante con la forma en la que consumimos alimentos.
Puesto de la manera más simple, lo que Clay ha identificado es que lo seres humanos hemos caído en un terrible círculo de autogratificación, que nos lleva a preferir aquellos mensajes que “nos saben mejor” en lugar de aquellos que “nos hacen mejor”. Es un círculo, porque los medios a través de los cuales nos llega la información van haciéndose cada vez mejores en mostrarnos lo que es “relevante” para nosotros. Y no me refiero solo a los medios digitales, donde es quizá más evidente (a propósito, si el tema les interesa, Eli Pariser ha escrito y hablado del tema muchas veces); me refiero también a las grandes cadenas de noticias. Citándolo a Clay:
Tal como las empresas de alimentos han aprendido que para vender muchas calorías baratas, deben llenarlas de sal, grasa o azúcar (aquello que la gente prefiere); las empresas de medios han aprendido que la afirmación vende mucho más que la información. ¿Quién quiere escuchar la verdad cuando pueden escuchar que tienen razón? (Johnson, 2013, p. 6)
Lo anterior es un problema porque limita sustancialmente la forma en la que vemos, y por lo tanto entendemos, al mundo. Consumir información que solo cumple el rol de afirmar nuestras creencias nos priva de conocer y analizar versiones alternativas a la nuestra. Pensemos lo que ocurre en Venezuela con la política, por ejemplo. La polarización del país es tan grave, que cualquier noticia que parezca no reafirmar nuestras creencias es desechada sin titubeos y calificada como falsa, tergiversada o irrelevante. Lo mismo ocurre en el área académica, cultural e incluso hasta en el entretenimiento. No sé a Uds, pero a mi me parece alarmante, sobretodo porque mucho de esto ocurre sin que nos demos cuenta. La solución que plantea Johnson es sencilla: debemos ponernos a dieta. El llama a esta nueva forma de consumir noticias “infovegetarianismo” (infovegan es el término en inglés). Para ser calificado con “infovegetariano”, debes cumplir con tres caracterísiticas indispensables: Ser “Data Alfabetizado”, tener “una Atención Saludable” y, muy importante, “tener buen sentido del humor”.
Expliquemos cada una brevemente.
Ser “Data Alfabetizado” significa entender de dónde viene la información y cual es la calidad de la misma. Supone mantenerse lo más cerca de la fuente posible, pues a mayor número de intermediarios, más “procesada” y por lo tanto, alterada, estará la data. Significa también saber usar los buscadores de internet de forma adecuada y saber colocar filtros en redes sociales y buscadores que rompan con la “burbuja de ego” que irremediablemente se genera. Finalmente, pero sin duda no menos importante, ser “Data Alfabetizado” supone poder sintetizar correctamente la información y, muy importante, crear nueva información a partir de esta. Este último punto, el de crear a partir de lo que se consume, llamó poderosamente mi atención. Al respecto, dice Clay
La creación y publicación de contenido es una parte crítica del proceso de alfabetización porque nos permite entender mejor lo que pensamos, producto tanto de la reflexión interna necesaria para hacer comprensible nuestras ideas a otros, como del feedback recibido al hacerlas públicas(Johnson, 2013, p. 83)
Tener una “atención saludable” (attention fitness) no es otra cosa que desarrollar fuerza de voluntad para resistir la tentación de consumir información de mala calidad. La clave, al igual que ocurre con la comida, es no perder el foco. Esto se dice fácil en un mundo en el que vivimos invadidos de notifiaciones o alertas en casi todas las pantallas con las que interactuamos. Para eso, hace falta ayuda para medir y eliminar el ruido, manteniendo así la atención enfocada en aquellas fuentes de información saludable. De todos los consejos que coloca en su libro, el que más ha llamado mi atención es “Rescue Time”, un software que mide cómo usas el tiempo cuando estás en la computadora, asignándote una puntuación de “productividad” que, desde luego, debe configurarse en función de lo comentado en el punto anterior. Es, literalmente, como contar calorías.
El último elemento de una dieta informativa sana es el sentido del humor. La razón es sencilla, “si no te puedes reír de algo, no puedes pensar racionalmente sobre ello” (Johnson, 2013, p. 98). El sentido del humor nos da la tolerancia y apertura necesaria para consumir información que no necesariamente está alineada con nuestras actitudes. El sentido del humor, además, es una de los recursos que nuestro cerebro utiliza para reconfigurarse. A propósito de eso, Clay recomienda leer “Inside Jokes: Using Humor to Reverse-Engineer the Mind”.
Había empezado el post diciendo que Clay es un activista político sui generis. Después de leer sus ideas, queda claro que lo es, pues su lucha es por romper los sesgos que, tradicionalmente, los mismos políticos se esmeran en generar.
Es imposible leer su libro y no pensar en Venezuela. Balancear la manera como consumimos información, conocer y auditar nuestras fuentes, saber alocar la atención en las cosas relevantes y tener el humor y la tolerancia necesarias para manejar aquello que nos contradice; son todas conductas indispensables si queremos ser mejores personas y construir mejores sociedades.
Yo ya empecé mi dieta. Si te interesa empezar, puedes hacerlo por acá.
Que tremendo tema y que bien tratado. debo reconocer que me llamo ene la atención y que por primera vez veo este enfoque. en horabuena Rami.
¡Gracias estimado! Si tienes chance, léete el libro. Está realmente muy interesante. Hay unos cuantos links también interesantes, como el de RescueTime y el del libro sobre humor que pienso leer pronto.
¡Gracias otra vez por la visita y el comentario! ¡Lo aprecio enormemente!!
Que interesante enfoque, buenisimo