Se terminó el mundial más intenso que he vivido en 24 años. Mi adorada Argentina llegó a la final y nos llenó de ilusiones a todos los que soñábamos con levantar la copa, nada más y nada menos, que en Brasil. No se pudo. En el último paso, el más difícil de todos, nos tocó la dura Alemania y pese a que jugamos un partido digno que estuvo para cualquiera, el contragolpe Alemán tan temido llegó como una puñalada en los últimos minutos de la prórroga.
Nada que hacer. El fútbol es así. Si los Mundiales fueran sencillos de ganar, hubiese más variedad entre los campeones.
Ahora bien, como buen fanático, me ha tocado digerir la derrota, con todo su amargo sabor, y sacar de ella el mejor provecho. Fue entonces cuando pensé en escribir este post transgresor (del blog al menos) y compartir un par de ideas tomadas de dos personas que respeto mucho: Juan Pablo Varsky y Nassim Nicholas Taleb.
Empiezo por Taleb, quien ha marcado mi forma de pensar en el último año con sus ideas sobre azar, predicción y toma de decisiones. Como sus ideas son complejas y superan las intensiones de este humilde post transgresor, me limitaré a utilizar apenas una cita, a través de la cual, acudiré luego a Varsky.
Dice Taleb, en su último libro “Antifragile, things than gain from disorder”
“Un perdedor es alguien que, luego de cometer un error, no hace introspección, no le saca provecho, se siente avergonzado y a la defensiva más que enriquecido con una nueva pieza de información, y trata de explicar por qué cometió el error en lugar de seguir adelante. Este tipo de personas suele considerarse víctima de algún plan mayor, de un mal jefe o del mal clima”.
Leer esa cita y no identificarse en las clásica respuesta que casi todos tenemos luego de una derrota, es casi imposible. Hablamos de arreglos de partidos por parte de la FIFA, del árbitro que no cobró un penal, etc, etc, etc. Sin embargo, detrás de esa descripción del perdedor (en el sentido peyorativo del término) que hace Taleb, se esconde una realidad pocos veces entendida: cada error que cometemos, es información. Dicho en otras palabras, muchas veces las cosas que hacemos mal (o los malos resultados) son más efectivos para avanzar, que los buenos resultados. Eso es lo que permite que algo, luego de ser “lastimado”, crezca o se haga más grande. Y ese crecer luego del daño, es lo que Taleb define como “antifragil“. Una de las múltiples analogías a las que acude Taleb para explicar su concepto es el de la mitológica Hidra, que cada vez que se le corta una de sus cabezas, le nacen dos nuevas.
Pues bien, yo quiero una selección antifragil. Un equipo que luego del cachetazo alemán, se haga más fuerte. Y la mejor manera de entender cómo hacernos más fuertes es, en lugar de comportarnos como el perdedor que describe Taleb, entender qué ha definido a esta Alemania aplastante.
Y es aquí, justamente, en donde entra Varsky con su análisis impecable.
Escribe Juan Pablo, en su nota en Cancha Llena luego del mundial, lo siguiente (el énfasis es mío):
El suceso de Alemania, campeón mundial tras 24 años, es la consecuencia de un proceso. Trabajo, planificación, cambio de paradigma, inversión en formación e infraestructura, decisión de sostener el proyecto a pesar de las frustraciones. Este camino, iniciado en 2000, lo llevó a ser protagonista importante de los últimos cuatro mundiales. Un campeonato se explica desde el largo plazo, un resultado desde los detalles.
Es imposible no estar de acuerdo con el periodista Argentino, cuya nota, además, está cargada de objetividad, esa que duele leer cuando todavía se tiene fresca en la memoria la imagen del gol de Götze. Alemania nos ganó en el proceso, mientras nosotros apostamos al detalle, cruzamos los dedos para que se encendiera la chispa de Messi o Higuaín.
Y ese es, en mi humilde opinión, el error.
Conviene recordar que casi todos los muchachos que conforman esta selección mayor pasaron antes por las juveniles y lo ganaron todo: desde mundiales juveniles (la Argentina es el mayor ganador de la historia, con 6 campeonatos) hasta medallas olímpicas. Ese proceso, similar quizá al Alemán que menciona Varsky, fue liderado por Pekerman, quien se mantuvo al frente de los juveniles por un buen rato, cediendo luego su puesto a su ayudante para asumir las riendas del equipo mayor. Fue una época dorada, que no supimos trasladar a la selección mayor. Hemos apostado a las individualidades, nunca a los procesos. Peor todavía, hoy ni siquiera en las selecciones juveniles se puede vislumbrar una apuesta a largo plazo, pues quien las dirige tiene como único mérito ser el hijo del presidente de la AFA.
Obviamente, todo lo que he dicho hasta el momento lo digo como hincha, no como analista. Pero no puedo dejar de pensar que el trabajo que ha hecho la Federación Alemana es un calco casi exacto al que hizo Argentina con sus selecciones juveniles. Y me duele pensar que lo hemos abandonado.
Si no rectificamos a tiempo, si no acusamos recibo del sopapo Alemán, si no entendemos que el proceso es más importante que el detalle, pasarán más de 24 años antes de que mi amada selección vuelva a pelear un campeonato mundial.
Yo no quiero eso.
Yo quiero una hidra albiceleste.
Rami querido. Voy a dividir mi breve comentario en dos partes:
1) Estoy completamente de acuerdo en que un perdedor es el que no utiliza el error para crecer. Pero agrego algo más, que creo que es aún más difícil e inusual: aprender del error de los demás. Creo que esto último pasa solamente cuando esos otros, son seres cercanos y queridos.
2)Con respecto a la selección: como dice nuestro “hit” de Brasil decime que se siente, yo siento orgullo. Hemos vuelto a estar en lo más alto y demostramos que no fue sólo suerte, pudimos ganar la final de la misma forma que lo hizo Alemania. Y ahí es dónde yo pregunto: no deberían los dos equipos estar haciendo la misma reflexión, sin importar el resultado? O acaso los alemanes como metieron ese único gol de diferencia que nosotros no pudimos, están hablando de un ciclo exitoso y se olvidan de sus errores?
Estoy de acuerdo en que los alemanes hace años están con una misma idea, pero creo que la base argentina también y por eso pasamos cuartos de final después de 24 años.
Y comparto 100% que por lo desperdiciado con el mafioso de Grondona estos años con las juveniles, estaremos en grandes problemas dentro de 2 o 3 mundiales.
Un abrazo!
Zalo, creo que si bien tenemos una base y con un poco más de suerte y puntería hubiésemos salido campeones, lo cierto es que nuestro rendimiento en los últimos mundiales no se compara con el Alemán. Ellos tiene 3 o 4 mundiales entre los 4 primeros.
Quizá mi reflexión va por pensar como hacemos para que sigan saliendo Mascheranos, Agüeros, Garays y varios más. Y más aún, yo creo inclusive que hay que darle un voto de confianza a Sabella. Hizo lo que más de 5 dts no lograron hacer. Sigamos por ahí. Pero, desafortunadamente lo mas seguro es que lo cambiemos. Y ahí empezamos otra vez de atrás.
Abrazo primo querido. ¡Y aguante Argentina siempre!
Nuevamente, nos dejas caer una reflexión clara y contundente. Aplicable también, desde mi realidad venezolana, a la situación social y política de este país. Afortunadamente, en personas como tú tenemos faros que suman e iluminan nuestras trayectorias. Otra vez gracias, por darte el tiempo de intentar que todos sigamos creciendo. Un abrazo.
Gracias mi pana, me honras con tu comentario. El tema de los errores es interesantísimo y a los venezolanos nos caería de perlas saber analizarlos. Mira que tenemos una colección enorme, sobretodo en política. ¡Abrazo enorme!
Magníficas reflexiones con las que no puedo estar más de acuerdo.
La derrota-derrota empieza, no con el pitido final, sino cuando, tras el pitido final, buscamos, no explicaciones, sino excusas (que si el referí, que si la FIFA, que si la mala suerte de Higuaín, que si….).
Así nos instalamos en la derrota; rehuimos el mejorar porque miramos al lugar equivocado: afuera. Y ahí no encontramos sino impotencia, porque no está en nuestra mano cambiar la ceguera del referí, las componendas de la FIFA, la mala suerte…, ni siquiera podemos cambiar el fútbol alemán…
Lo que sí está en nuestra mano es mejorarnos a nosotros. No es Alemania el enemigo (sólo es un rival); el enemigo somos nosotros o, mejor, nuestros errores, nuestras limitaciones, nuestra manera de hacer las cosas.
Y, como bien dices, no se trata tanto de escudriñar un partido, como de analizar el largo proceso que desemboca en ese partido (para mí, la Argentina del partido estuvo muy por encima de la Argentina del proceso)
Y así, una derrota puede (debe) ser el primer paso hacia la siguiente victoria.
¡¡¡A lo mejor, resulta que no estamos hablando sólo de fútbol!!!
Una sola cosa hay en la que estoy en profundo desacuerdo contigo: dices que “todo lo que he dicho hasta el momento lo digo como hincha, no como analista”. ¡¡¡ Joooder!!!. Pues, cuando digas algo como analista, avisa al resto de los mortales: ¡¡¡¡NO NOS LO PODEMOS PERDER!!!
Querido Jose, mil gracias por el comentario. Es mejor que el post, sin dudas, porque es más claro y está mejor escrito.
Tienes razón que esta conversación, rápidamente, sale del fútbol y entra en temas mayores. De ahí la cita de Taleb (que si se entera que lo uso para hablar de fútbol, se desmaya).
Coincido también en que la Argentina del partido fue mejor que la del proceso. No es sencillo ni justo reducir lo ocurrido a un par de explicaciones. Hubo mucho azar, mucho nervio y mucha tensión. Pudo pasar cualquier cosa. Escribir en retrospectiva es siempre más fácil.
Lo que si creo que ocurre es que Alemania tiene 4 mundiales entre los 4 primeros. Eso no es poco. Argentina recién empieza a salir de la larguísima lista de frustraciones que siguieron al mundial de Italia 90. En esos años, conquistamos el planeta en la selección juvenil, pero no llevamos nada de eso a la mayor. Ojalá que este tropiezo nos ayude a entender mejor las prioridades.
¡¡Abrazo enorme amigo querido!! ¡Y gracias por visitar y comentar!
Crono,
El nivel del futbolista argentino es de los mejores, fijate que a pesar de la dirigencia horrible que tenemos (AFA es digna hija de FIFA), la selección ha jugado cuatro de las últimas 10 finales del mundo, solo superada por Alemania que, jugó 5. Hubo un muy buen trabajo en juveniles hace años, el tándem Pekerman-Bielsa fue muy positivo (acá el periodismo deportivo los mataba cada vez que se perdía un partido). Para muestra sobra un botón diría nuestra abuela: Bielsa hizo debutar en la selección mayor a Mascherano antes que debutara en River. Alemania tiene su base en dos equipos de su propia liga que entrenan y juegan juntos semanalmente. Messi tiene que cruzar un océano para mirarle la cara a Sabella. No brilló, quizás saturado de partidos o lo que fuere, hizo cuatro goles que nos permitieron estar en la final. Faltó poco, por eso quizás da tanta bronca. Pero combatimos hasta el último instante con armas nobles y condcutas honrosas. Que Sabella decida dar su ciclo por terminado no me parece mal, para superar lo que hizo ahora únicamente tiene que ser campeón en Rusia y es una presión al pedo. Si llega Martino es una continuidad en la idea, con distinto nombre. Ambos honestos, ambos laburadores, ambos capaces. ¿O no se pide salir de los personalismos y pensar más en los procesos? Pueden cambiar las personas y continuar los proyectos. Todo esto aún estando Grondona parece increible, pero se puede dar y seguir disfrutando de gente como Bielsa, Pekerman, Sabella o Martino, y Maradona porqué no, también fue parte de un proceso con aciertos y errores sin entregarse al poder permanente como lo hacen otras vergúenzas impresentables como Platini o Pelé. Diego se gana su guita, no necesita que la FIFA le pague su almuerzo. Lacras como Platini son los que “sostienen” a Blatter, Grondona y toda esa cloaca de viajeros de primera clase. Dos líneas para Brasil: si dejás en tu casa a María Bethania y Gal Costa y dejás que la FIFA te traiga a Shakira y J. López, te merecés un 4to. puesto con diez goles adentro. Abrazo!!!
¡Primo querido! ¡Un honor total tenerte comentando en el blog!
Empiezo por el final: coincido 100% con lo que dices de Brasil. Lo comentaba, de hecho, con amigos acá en CR. ¡¿Cómo carajo se les ocurre traer a Pitbull y J. López o quien fuera a inaugurar su mundial, con el nivel de artistas que hay en ese país?! Me imagino a los tarados de la FIFA haciendo focus groups (ese lugar en el que muere siempre la creatividad) diciendo que la gente joven prefiere el reggeton y el pop, que “mejor no inventar nada y seguir con la fórmula ganadora, si total el shaka shaka dio buenos resultados en Sudáfrica”. Ahí está, su 4to puesto con sus 10 goles, merecidos todos.
Sobre lo que decís de la selección, pues si, parece sorprendente que con un mafioso como Grondona el fútbol Argentino haya tenido el performance de las últimos décadas. Pero esa es la lectura optimista, también. Lo cierto es que con la mayor, no ganamos nada desde 1993. Este mundial se jugó con hidalguía, sin trucos ni actuaciones. Sus protagonistas fueron muchos de los que poco antes nos emocionaron en las olimpiadas o en los juveniles. Cierto que no se ven casi nunca las caras y que la integración es más difícil. Pero aún así, yo sigo sin ver un proceso claro. No sé si la época de Bacile – Maradona – Batista fue un acierto. Pienso que no. Creo que Bielsa y Pekerman lo fueron, pero los quemamos en el altar de los resultados. Es más, quizá hasta el fortalecimiento de la liga local sea parte de ese proceso que hemos descuidado. Hoy el fútbol argentino ha perdido nivel, dramáticamente. Para muestra, lo que le ha pasado a River e Independiente, otrora gigantes del continente. Boca, sin irse a la B (nunca lo hará ;)) tampoco es que sea el equipo que fue hace unos años.
Hay muchas cosas que mejorar si queremos sentar las bases de un equipo ganador. Estamos a tiempo. Ahora tenemos el chance de continuar los pasos de Sabella. Ojalá se haga, sería un avance. Ojalá, también, se rescate a las inferiores de ese facineroso de Grondona. Si no, estamos en el horno.
La corto primo, porque es casi más largo que el post mismo.
Abrazo enorme primo, ojalá vuelvas por acá a comentar y leer.