En la agencia tenemos tiempo hablando sobre presentaciones. Con Carlos Jiménez, nuestro Director Creativo, hemos conversado en repetidas oportunidades sobre la importancia que tiene hacer una buena presentación cuando se intenta vender una idea. El tema es recurrente entre nosotros porque más de una vez hemos tenido que ver presentaciones hechas sin el cuidado debido, haciendo que una buena idea termine por no atenderse, entenderse o apreciarse.
Para nadie en esta industria es un secreto el uso que tienen los llamados “slidewares” (Powerpoint es el más célebre de ellos) para compartir información en el mundo del mercadeo. Tampoco es un secreto que muchas de las presentaciones que se terminan viendo están llenas de láminas como esta:
O como esta otra:
Pues bien, la intensión de este post es hacer que la gente empiece a pensar en presentaciones de otra forma. Es importante que la gente entienda que no hace falta ser creativo o diseñador para hacer presentaciones memorables. Tampoco hace falta presentar temas “cool” para que tu presentación sea visualmente atractiva e impactante. Y para ilustrar mi punto, en lugar de hablar más, voy a remitirme a tres ejemplos elocuentes.
El primero es Sir Ken Robinson y su tesis sobre cómo las escuelas matan la creatividad. Es posiblemente una de las más brillantes presentaciones que jamás haya visto, ¡y no usa Power Point!
La segunda es de Hans Rosling, profesor sueco, que presenta estadísticas de manera dinámica, impactante y ,sobretodo, digerible para una audiencia que no necesariamente sabe qué es un “dispersigrama”.
La última es de mi admirado Larry Lessig, de quien personalmente he copiado el estilo de hacer presentaciones.